EL NIÑO QUE QUERÍA EL COCHE MÁS GRANDE DEL MUNDO
Por Sergio Colado
16/06/2015
– Pues el auto de mi papá es mucho mayor que el del suyo – dijo Gabriela. Se atusó el pelo al tiempo que levantaba la barbilla.
– Pues no lo creo. El carro de mi papa es más veloss y grande que el de su papá – contestó Antonio apretando las manos en los bolsillos de su poncho.
– Vos sabes que no. El auto de MI papá – dijo Gabriela- es un auto de lujo. El de tu papá no es más que chatarra. Mi papá lo compró de primera mano con la plata que consiguió en su trabajo. Él – alargó la e – es el dueño de su trabajo. Y tu papá, ¿de qué trabaja?
– Mi papá es capatass en una construcsión. Compró nuestro carro a un señor de su trabajo. No es nuevo pero cabemos todos. Es paresido a una furgoneta pequeña.
– ¡Qué boludo! ¡Es un coche vulgar! De gente obrera. El auto de mi papá es de primera clase, sólo para ejecutivos importantes. Él nos lleva a mi mamá y a mí por toda la playa con su auto. Y se quita el techo para que nos dé el sol.
– Bueno, nuestro carro seguro que es mucho más grande porque nosotros somos ocho, cinco hermanos, papá, mámá y yo. – Antonio agachó la mirada pero se le escapó una sonrisa pícara.
– Ya… Bueno, pero el auto de mi papá es más caro… – Gabriela giró la cara y cruzó los brazos.
RELATO DEL TALLER DE:
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Carolina Rincón Florez
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