LA VOZ SILENCIOSA

Por Mª del Carmen García

Desde hace cuatro meses es increíble la frecuencia con la que Carmina sueña con familiares fallecidos. Se ha preguntado en varias ocasiones ¿cuál será la razón de dichos sueños? De repente imagina estos seres desean decirle algo importante, está haciendo algo indebido y tratan de darle alertas para que se aleje o tal vez ya se acerca el momento de dejar este mundo ante tal insistencia de sus ancestros.

Carmina es una mujer casada que siempre se ha preocupado por el bienestar de los demás más que por el suyo. Sus tres hijos ya mayores y su esposo ocupado con su trabajo, hacen que ella disponga de tiempo para hacer las cosas que más le agradan. Aparentemente no hay razón para necesitar de guías o mensajes del más allá para mejorar su vida.

Recuerda los sueños con gran claridad, como si los estuviera viviendo, como si esas personas estuvieran en su presente. En la mayoría de sus sueños son más las mujeres de su familia las que la visitan. Carmina está segura de que existe la intención por parte de esos seres de expresarle algo importante.

Decidió empezar a escribir un diario para descargar sus emociones que en estos momentos le cuesta expresar. Le inquieta recordar sus sueños y escribir tal vez la puede ayudar a sacar lo oculto. Llora a veces mientras escribe y también ríe. La puedo notar con cierta desesperación y sin nadie que la acompañe en este momento de su vida. Carmina ha decidido leer en voz alta su diario.

Después de escribir por cinco minutos, empieza a leer.

-¿Qué es lo que hace a una mujer vivir tanto en su fantasía y no querer mirar la realidad? ¿qué es lo que estoy esperando que pase? ¿pretendo que él cambie y luego qué voy a hacer? y ¿estoy viviendo realmente? Estoy muy abrumada, desesperada y molesta conmigo. Hoy especialmente siento rabia de ser quien soy. Todo lo veo negro y sin sentido. Siento que no he sido contundente con esta situación. Tener una doble vida me ha dado mucho y me ha quitado igual.

A la mayoría nos gusta vivir en nuestras fantasías por momentos, esto les pasa a todos, pero Carmina ha insistido en continuar con una relación que ha afectado fuertemente su autoestima y aunque le da momentos de mucha pasión, el costo de continuar es muy alto.

Hoy la veo triste, con lágrimas que se dejan ver apenas y respirando profundamente. Por fin habla de él. Gabriel es el nombre del hombre, por el que sufre. Durante los años ochenta habían llevado una gran amistad que se transformó en un noviazgo de sólo un mes. Se dejaron de ver por casi veinticuatro años y con la magia de las redes sociales iniciaron una aventura. Desde hace aproximadamente seis años han tenido innumerables encuentros por debajo de la mesa con reglas bien definidas y sin compromiso. Él es una especie de «patán» como Carmina lo ha definido y esto la hace sentirse más confundida.

-De nuevo soñé con mi abuela materna. La casa donde nací y crecí. Los espacios que me hacían sentir tan pequeña, las paredes que no permitían se escuchara nada al otro lado y el patio que parecía no tener fin. En esa casa siempre aparezco junto a ellos. Con rostros que dejan ver distintas emociones.

Carmina sale a caminar sola, un poco encorvada y acompañada de su perro que siempre la sigue al igual que sus inquietudes. No se da cuenta que ya oscurece y se acerca a lugares que repentinamente llaman su atención. Encuentra un parque escondido entre grandes árboles y se sienta contemplando todo lo que la rodea. Aparecen recuerdos y de repente su piel siente el silencio.

-Que grata sensación, sola con mis palabras, el sonido de algunos pájaros y el viento. Será que estar en contacto con lo ajeno me sienta bien.

Una hora se va volando. Toma el camino de regreso y va hablando con su perrito que parece atento a su discurso.

-He tratado de dejar esta droga con todas mis fuerzas sin resultado, pero hay algo que ha cambiado y me hace no seguir los caminos ya conocidos. La distancia ha sido en estos momentos parte de mi salvación, la soledad que a veces llega me hace sentir segura. Quiero pensar que esa es la razón de mis visitantes nocturnos.

Continúa con su diálogo.

-Suelta, pase lo que pase, ¿por qué no lo puedo decir en primera persona? Insisto en lograr el milagro del cambio y continuar con ese ligero y casi invisible lazo que a veces parece un clavo ardiente. Abuela, tú siempre como roble, sin guardar nada, con esa presencia que hasta temor me daba. Madre, tal vez estás decepcionada de mí ¿qué pensarás? Creo que me puedes entender un poco, tantas diferencias entre tú y yo por la misma razón y mírame ahora.

Hoy su sueño estuvo acompañado por sus abuelos maternos. Está de nuevo en casa de ellos, su abuelo aparece enfermo y vomitando. Su abuela sólo puede estar a su lado y Carmina observa todo con temor y preocupación. Al despertar decide escribir inmediatamente y darle significado a su experiencia con ellos.

-Vomitaré todo lo que traigo dentro, tanto daño que hay en mí. Dejaré de lado las ilusiones estúpidas que no me llevan a ningún lugar. Mi abuelita siempre pendiente de mí, cariñosa y a mi lado cuidándome en esta transición. «Confía en lo desconocido» creí escuchar.

Es un día frío de otoño y Carmina está en su jardín sólo mirando cada paso que da entre las ruidosas hojas púrpura, sintiendo la humedad en sus pies y su cabello que se agita cubriendo su rostro. Piensa si hoy será el día para encontrarle sentido a este enredo.

Gabriel la busca y le dice que él la sigue esperando que no importa la distancia ni los compromisos de ella, él seguirá con la esperanza de volverla a ver y estar juntos. Claro que con su estilo particular de sargento mal pagado. Ella de nuevo duda y no encuentra la fuerza para decirle lo que realmente siente.

Piensa por unos instantes que es mejor decirlo ya, es definitivamente el momento de terminar con toda la historia que ha vivido con Gabriel. Huele la flor y sopla la vela. Pero aún algo falta y sólo se dice dentro de sí misma y en silencio…

-Gabriel han sido varios años y ya no es posible seguir así. Promesas a distancia, sueños y tantas declaraciones de amor. Nunca me he sentido bien con tus formas, te equivocas sin reconocer, quieres estar y lo haces desde lugares muy desagradables. Sé que reaccionarás con violencia y no hay más que hacer. Me estoy perdiendo de cosas importantes por querer seguir a tu ritmo y espacio, no puedo dormir bien y mis sueños que no se detienen y ahora son más intensos. Por favor, desde la armonía, terminemos con esto.

¡Qué pena que sólo sean ideas que carecen de voz! Carmina sólo responde con serenidad forzada y hasta diplomacia como lo ha hecho casi siempre. Acepta lo reclamado con la intención de hacer el menor ruido posible y la insistencia de seguir siendo «la buena» de la historia. Nada nuevo que reportar su tristeza y profunda incomodidad guardadas en ese armario que cada vez se va ampliando más y más.

Han pasado semanas y nada del Gabriel, tal vez de verdad ya dejó de interesarle esta aventura. Carmina entre tristeza y paz va día a día. Parece que lo va aceptando sin prisa. Los sueños han seguido, ahora aparecen acompañando más sus noches y para callar su ansiedad decide otorgarles voces a sus ancestros, algo que acostumbra hacer…

-Carmina debes saber lo acompañada y protegida que estás, somos seres que si se nos pide ayuda la daremos. Somos un clan que se hará escuchar. Todas pisamos esta maravillosa oportunidad de caminar y respirar y aunque nuestras formas cambien siempre seremos tu familia.

-Recuerdas cuántas críticas y molestias de tu parte hacia mí por la forma de relacionarme, de convivir, de esperanzarme a un hombre…No es fácil, ahora lo comienzas a entender. Que esta experiencia sólo te sirva para saber que eres mucho más que esto, que estamos muy orgullosas de ti y de ver que lo estás haciendo diferente a todas nosotras. ¡Te amo hija!

No sé exactamente cómo la está ayudando hacer esto que ya parece su deporte favorito lo que sí es claro es que necesitará más espacio en su armario lleno de emociones y palabras que tal vez nunca serán expresadas.

 

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