CARTAS AL CIELO
Por Mar Bartolomé Francia
05/11/2021
Este libro de poemas viene a describir los sentimientos y reflexiones que nos encontramos a la hora de asimilar la muerte de seres queridos a una muy temprana edad, en la cual, las gestiones emocionales, aún, no están bien trabajadas.Mas allá de la religión, todos sabemos que nacemos para morir; pero nadie nos prepara para cómo afrontar esa ausencia y desamparo que se puede sentir a una edad vulnerable y que conlleva una carga traumática a lo largo de la vida.Si bien, este libro más que un poemario es como un “grito de auxilio” a preguntas sin respuesta y ante unos recuerdos y vivencias de hechos que me marcaron; a veces no sabemos encajar dichos golpes y los acarreamos con nosotros.Estos poemas me permiten vomitar y deshilar esos sentimientos para poder comprender el porqué de ciertas debilidades que me llevan a una parálisis por análisis.Creo que puede haber personas que se puedan sentir reflejadas con estas reflexiones……//…
¡Madre! ¿Por qué te marchaste?
y tan solos, nos dejaste,
sin un adiós te ausentaste,
¡De esta vida te alejaste!
¡Madre, mi querida Madre!
Ya los años van pasando,
mi niñez, sin alegría;
aun en ti, Madre querida,
te pienso y rezo llorando.
¡Madre, mi querida Madre!
Aún recuerdo tu embeleso,
cuando de niña jugaba;
yo, contenta te miraba,
y tú, me dabas un beso.
¡Madre, mi querida Madre!
Tan ardua vida con peso,
el duro camino andaba,
atónita te buscaba,
entre fotos, algún beso.
¡Madre, mi querida Madre!
Aún, me queda ese consuelo,
y tan bonito recuerdo;
que te encuentres en el cielo,
o en otro lugar tan bello.
¡Madre, mi querida Madre!
…//…
¡Padre! bastión de apoyo y sustento,
sin decir adiós te fuiste al cielo,
mi inmenso dolor, color del duelo,
tu cuerpo inerte con mi lamento.
¡Padre! besé el anillo en tus dedos,
sentí tus manos frías como hielo,
y mientras, tu alma tomaba vuelo,
mi cabeza llena de recuerdos.
Padre! sin ti, me veo sin fuerzas,
seguiré, sola, cualquier camino,
tu memoria está en mi destino,
horizonte con tantas tristezas.
Padre! cuando pienso en esta vida,
las nubes son negras en mi mente,
me llegan fuerte como un torrente,
con aquellos sueños de vuelta e ida.
…//…
Tintineo de ruedas en camino,
Teñir de campanas que lejos claman,
Tristes susurros llegan, es dañino,
Tribulaciones y perdón reclaman.
Trozos de cielo que vienen de arriba,
Truncan ilusiones del niño herido,
Torcidos hierros que nadie derriba,
Tristeza con desenlace adherido.
Tren con asientos vacíos avanza,
Traspasa el alma con el sentimiento,
Tornea los hierros cuando no alcanza,
Taladrando con saña el sufrimiento.
Tela de araña recorre mis venas
Trocea y destroza, las nubes lloran,
Tributos a pagar por todas penas,
Tullidos, veloces corren, imploran..
…//…
En la clara huida de sus hojas,
lleva al infinito el pensamiento,
su aleteo y suave movimiento,
con el revoloteo deshojas.
Imaginación que muy alto vuelas
liberas mi sentir entre puertas,
como boca muda, ideas muertas,
escribir no puedo sin las velas.
Folio blanco, desierto va al cielo,
palomas blancas sin sus pichones
fluyen vínculos y sensaciones,
a veces, largo tiempo, sin vuelo
Corazón preso de libertad,
dentro, la absoluta inmensidad,
aquel libro espera en soledad
la mano con su sinceridad.
…//…
…//…
Por la soga que aprieta, pero no mata,
morados como de uva pintados, duele.
Cuando termina la tragedia que lo ata,
la mutilada caja añeja que huele.
El aroma por la puerta se dilata,
la muerte de sus huellas casi borradas,
como lienzo antiguo que el polvo remata.
Verán otras cajas de color pintadas.
Al levantar la mirada; bellas cosas,
como luces en el diurno amanecer,
resarciendo tal amargura; dichosas.
Brillo que augura bonito anochecer.
Después la penumbra, vuelve a florecer
como brotes adornados con sus pétalos.
Vislumbra nueva ilusión para vencer
en algún barco mirando entre sus palos.
Atrás deja el pasado con sus recelos,
juega a surfear el mar sin tropezones.
Paños calientes cayendo de los cielos,
cicatrizan los golpes y moretones.
…//…
..//..
Cien mil almas que solas vuelan,
hojas caídas desconsuelan,
angustia, sin decir adiós.
Enfado humano contradiós.
Sufrimiento y dolor nos dejas,
huérfanos entre estas madejas,
piedras que llevan al destino
como ciegos por el camino.
Convulsiona el mundo con ira,
algunos creen que es mentira,
como visiones en la niebla,
con miedos y pena despuebla.
Luchan para esquivar la muerte,
otros brindan por tener suerte.
Algunos piensan en futuro,
los más, creen que es prematuro.
Soledad por los que se fueron,
tristeza de los que escribieron…
hojas caídas desconsuelan,
cien mil almas que solas vuelan…
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