EL JUGUETE CON VIDA – Jean Marcel González Tijerino

Por Jean Marcel González Tijerino

Nara era una chica de una familia aparentemente de clase media. En algún momento, junto a sus padres, visitó Juguetes BOS, una empresa encargada de distribuir juguetes. En el lugar le compraron uno de los juguetes más icónicos de la empresa. Nada más y nada menos que Daggy Scabby, al que amaba muchísimo y le hacía compañía noche y día. Lo que Nara no sabía es que su juguete tenía vida, como Buzz Light Year y Buddy de Toy Story. Aunque por mucho tiempo, Nara disfrutó de su juguete Daggy. Los padres de Nara se habían cansado del juguete, pues la madre empezó a tener temor por el mismo ya que una vez, una mamá anónima, dijo por televisión que el juguete Daggy Scabby de su hijo se movía por las noches. Por esa razón, una madrugada, mientras Nara dormía, su madre entró en silencio en su cuarto y cogió a Daggy Scabby para lanzarlo a la basura.

 

Daggy Scabby simplemente no podía creer lo que había sucedido. Pues para él ellos eran su familia y no estaría más con Nara. Para su sorpresa, apareció una amiga juguete llamada Loppy, ofreciéndole ayuda para regresar a la fábrica de Juguetes BOS. Sin embargo, Daggy se negó. La furia con tristeza de Loppy fue inevitable al ver que Daggy no aceptó su oferta. Daggy intentó regresar a casa, pero solo consiguió decepcionarse pues los padres de Nara habían comprado para ella un enorme oso de peluche en reemplazo de Daggy. Y Nara estaba muy feliz por la sorpresa.

 

Daggy Scabby estaba destrozado por dentro por lo que acababa de ver, pues fue un golpe duro a su corazón ver cómo había perdido a su familia.

 

Como obra del destino, unas luces alumbraron a un Daggy Scabby enorme de la fábrica de Juguetes BOS. Y esto despertó en Daggy un enorme deseo, pues creyó que podría convertirse en un juguete tan grande como el oso de peluche y hacerla igual de feliz y volver a casa. Así que para lograrlo, aceptó la propuesta de Loppy de regresar a la fábrica y ser utilizado como experimento para transferir su consciencia a un modelo de Daggy más grande. Pero en el proceso hubo fallos y aquel Daggy Scabby inocente y amable se había convertido en una verdadera bestia sedienta de sangre. Todo en contra de su voluntad. La realidad es que Daggy Scabby quería  seguir siendo él mismo para poder estar con Nara. Pero fue engañado por Loppy. Nadie sabía  que en esta fábrica se experimentaba de esta forma y que las personas eran los sujetos de prueba.

 

Nara, por su parte, no había olvidado a Daggy, y en una noche después de una pesadilla salió a buscarlo a la fábrica de Juguetes BOS. Supuso que era en ese lugar donde podría encontrar respuestas. Nara se adentra a la fábrica sin saber que su mejor amigo sería el que no dudaría en terminar con su vida. Ella encontró una herramienta electrónica de brazos largos y aprendió a usarla para poder seguir buscando en cada zona del lugar. Hasta que se encontró con el antiguo peluche pequeño de Daggy. Daggy Scabby la observaba desde la oscuridad, la recordaba e intentaba controlarse. Pero fue imposible. Y la atacó. Nara tuvo tiempo para correr, sin embargo Daggy logró rasguñar su frente hasta hacerla sangrar. Pero al final de un pasillo, gracias a los brazos largos electrónicos, pudo jalar una caja y dejársela caer a Daggy antes de que llegara a ella, haciéndolo caer desde muy alto, al vacío.

 

En ese momento se vieron el uno al otro, recordando la primera vez que se conocieron y sus momentos juntos. Con lágrimas en los ojos, Daggy había muerto por el impacto. Loppy estaba lista para retirar el cuerpo de Daggy. Quizás para experimentar nuevamente con él. Pero Nara bajó lo más rápido posible para defenderlo. Y en ese momento, Loppy se ve a ella misma cuando era humana, defendiendo el cuerpo de un viejo amigo. De pronto un destello atravesó su mente y se vio humana. Incluso recordó su nombre real, Ana. Y volvió a aquellos momentos, cuando era una niña de verdad, de pelo crespo suelto rojo, que vivía en la casa de huérfanos de la madre Estela. Ana tenía pocos amigos. Un día, curiosamente, ella miró como una de las niñas del orfanato, que tenía siempre un llavero de gatito, fue llevada por unos misteriosos hombres, los científicos de Juguetes BOS.

 

A Ana le entristecía que todavía no encontraban una familia para ella. Eso y la soledad, la mantenían deprimida. Al parecer a Ana le encantaba dibujar amapolas, la flor que casualmente en un futuro la representaría. Pero a pesar de su soledad, no todo estaba perdido pues un buen chico le prestó atención y se convertiría en su mejor amigo. Este niño se llamaba Mike. Mike le demostró a Ana lo hermoso de una amistad. Ninguno de los dos sabía que corrían peligro. Aquellas tardes de diversión se tornaron en horror, pues justamente Ana empezaba a sentir amor por Mike. Huyendo de las emociones, se topó en uno de los pasillos con la muñeca de Loppy y la habitación de la madre Estela abierta. Ella entró por curiosidad y por accidente, y se dio cuenta de la terrible verdad de  la casa de huérfanos.

 

De forma muy perturbadora, supo que Estela era la madre del orfanato y una ex trabajadora de Juguetes BOS que formaba parte del equipo de Innovación de la  empresa, aunque ahora se encarga de la casa de los huérfanos. Estela era quien elegía  al niño adecuado para los experimentos. Siendo una de estas niñas llevada por los científicos. La misma niña que Ana miró aquel día y le hizo sentir tristeza al no poder ser ella. Esta niña fue transferida a uno de los juguetes de la empresa mediante los experimentos. Y entregada a la madre Estela. En uno de esos documentos se podía apreciar una foto de Estela con el juguete de un gato y un mensaje muy turbio que decía: Mi gatita recién nacida.

 

Lo que más horrorizó a Ana fue saber que ella o Mike serían uno de los niños elegidos para el próximo experimento. Antes de que Estela la encontrará, salió del cuarto agitada y perturbada. Lo que había descubierto no era fácil de asimilar. Por lo que Ana tuvo la idea de  engañar a Mike jugando a las escondidas para dejarlo encerrado en uno de los cuartos y que Estela no pudiera encontrarlo para cuando llegaran los científicos. Y de esa forma se decidieron por ella, sacrificándose por su mejor amigo.

 

Así fue como Mike vio partir a su única amiga desde la ventana, creyéndose traicionado. Aunque pudo ver en su rostro que no estaba feliz, sino asustada.

 

A la noche siguiente, Mike quedó intranquilo. No soportaba saber si realmente su mejor amiga estaba bien, por lo que ideó un plan para dirigirse a la fábrica de Juguetes BOS. Llegó a las 2:00 AM a aquella fábrica en busca de Ana. Aquel espacio resultaba tenebroso. Mike temblaba del frío y sus ojos miraban hacia todos lados mientras rechinaba el techo. Para ser una de las empresas más comerciales y conocidas de la ciudad, estaba muy descuidada. Mike no entró por la puerta principal, sino por uno de los ductos. Ya adentro, notó que las luces estaban encendidas. Posiblemente había gente aún trabajando. Iba despacio para evitar hacer ruido pero a ciegas ya que no conocía el lugar. Entonces se dirigió por un pasillo con diferentes cuartos e iba llamando a Ana en voz baja hasta que ella respondió. ¡La había encontrado! Se podían ver por una rendija pequeña. Ella estaba bien, aunque sorprendida y feliz de ver a su amigo.  Mike le dijo que la sacaría de ahí. Ana le dio una pista de dónde podría encontrar una tarjeta  para abrir su puerta. Una que le había visto a un guarda, que quizás con suerte había quedado en la mesa de recepción. Mike fue a revisar, y mientras caminaba, se escuchaban como lamentos a lo largo. Y lo asustó mucho. Sin embargo consiguió la tarjeta y volvió con Ana. Pudo abrir la puerta y así Ana y Mike se abrazaron con lágrimas en los ojos.

 

Pero la felicidad  no duraría mucho, pues en cuestión de segundos estaban rodeados de guardias. Y Mike, en un abrir y cerrar de ojos, recibió dos disparos que resonaron en toda la fábrica. La sangre salpicó hasta en las pestañas de Ana, que horrorizada, se colocó en medio de su amigo para que no pasara ninguna otra bala. Pero ya no valía de nada. Mike había muerto y ella fue llevada de nuevo a un cuarto con más seguridad.

 

Mike fue usado como experimento y su alma se traspasó a un juguete dinosaurio llamado Laron. Ana también fue usada como experimento y su alma se traspasó a Loppy, la muñeca.  De esa forma, Ana y Mike vivirían para siempre dentro de la fábrica como juguetes. Y ese sería  el mismo destino para Nara. Sin embargo, Loppy dejó que Nara se fuera de la fábrica ya que le conmovió cómo defendió a Daggy.

 

Aún hay muchos misterios dentro de esa fábrica. Y muchos más niños han tenido destinos fatales en ese lugar.

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