ENALETRADA – Lucía Puertas Gómez
Por Lucía Puertas Gómez
Introducción
A continuación, unas fotografías en verso sobre las cuatro etapas de un amor muy específico: el amor por la poesía. Estos poemas presentan a una persona, sus inquietudes, sus sueños y sus agonías hasta que el abrazo poético rodea su vida y su manera de enfrentarse a ella.
En el primer poema encontramos a una chica inquieta, que es de todos los lugares y de ninguno al mismo tiempo, y que está buscando su sitio en el mundo.
En el segundo, nos enfrentamos a los dramas amorosos de su vida, que siempre se entienden mejor con palabras, o incluso con versos. Es por ello que, en el siguiente poema, se narra su acercamiento vital a ella y todas las etapas por las que pasó en su camino al autoconocimiento.
Finalmente llega el cuarto poema, Poesía y yo, una oda hacia este arte que es la poesía y que ha terminado formando parte de su manera de comunicarse. Es el mejor desenlace para esta historia de amor literaria.
Patriotismo apátrida
Si al despertarte la luz se asoma
el dulce aleteo de un pájaro
y al proteger tu ventana entona
alguno de sus mil cánticos,
no lo espantes.
Si al dibujar mil caminos a solas
tus pies con las flores se besan,
si hasta el Sol de las Indias se entorna
cuando algún dedo tuyo lo encuentra,
no te apartes.
Si la brisa del mar te abandona
y las olas no embisten tu puerta.
Si el desierto en silencio te ahoga
y los prados son hoy hojas muertas
no les dejes secarte.
Que el hogar goza de omnipresencia
y cambia las brújulas por corazones
camuflado, es el mismo en esencia,
colinas, bahías, países, regiones.
No lo esquives, no cierres la puerta
Tú déjala abierta por si los azores
En un despiste,
Cuando te pierdas,
Vuelven a entonarte sus viejas canciones.
Mapa en verso de un amor
En tus ojos
dos riachuelos
intentan llegar a la desembocadura de este alma
que ha dejado el mar Cantábrico varias millas tras de sí.
Si te ahogas al navegar por tus aguas,
Si te agotas al flanquear mis murallas,
grita más fuerte.
Hasta que a este corazón le salgan oídos y sepa escucharte.
No sé qué orquesta suena en mi cuerpo
cuando en mi mente el concierto empieza.
Ya no sé si buscarte aquí dentro
Si luego siempre te encuentro a mi vera.
Pero luego empiezan tus letras
y vuelvo a bailar en el aire
Vuelve el te quiero como música a abrazarme
cuando a mí se me había olvidado a qué sabía la bondad.
Y tanteando las heridas de la culpa,
te alcanzo
escondido entre mis pensamientos,
como quien un día fue y ya no y quiere ser y no puede
hasta que suena el click de la calma
y lo vuelve a dejar todo en su sitio.
Te quiero
pero no sé sentirlo como tú
Me quieres
pero no sabes decirlo como yo
Así que
por qué no formamos una alianza
nos unimos
gobernamos
en este planeta de incrédulos que no se fían del amor
mientras lo inventamos nosotros.
Este es el reino de quienes quieren y apuestan
de quienes llevan a cuestas el valor y la culpa
de amar y no amarse
al derecho o a la inversa.
Qué tal si tú presides
qué tal si yo gobierno
qué tal si tú decides mandar conmigo al infierno a todos los miedos que se han
hecho pasar por monstruos intentando destruirnos.
Yo te prometo
que si tus manos aún quieren buscarme
guardaré tus besos bajo la almohada
para dejarte en la entrada
las llaves
a cualquier sueño en el que me visites.
Evolución en letras
Te acercaste
como una gran desconocida
alentada por quien distingue en la mirada al que te admira.
Me tendiste tu mano,
y yo,
con miedo,
te choqué los cinco
y di en el blanco.
Allí te quedaste,
en la sombra escondida,
observando a una niña buscarte
perderte,
encontrar su salida.
Descubriendo en los brazos del arte un pequeño salvavidas.
Después,
sin previo aviso
te cansaste de esperarme.
Me dejaste sin yo enterarme
de que a mis pasos en el camino
se unía la huella de tu ausencia.
Pero como no hay sin recuerdo olvido,
tropecé de nuevo contigo
donde espera lo inesperado.
Y entonces, amiga mía,
sonreíste de vuelta.
Desde entonces eres la musa del siempre y del nunca
el fiel reflejo del habla y la escucha
el espejo que alumbra mi ser ante aquel que sabe cantar sin música
y reír con letras.
Descubrí que el alma podía imprimirse en papel
y eso intenté hacer con la mía.
A veces soy mala amiga.
A veces te dejo encerrada en el cuarto más frío que existe en mi mente,
mientras, impaciente, espero el día en que su llave vuelva a mis manos.
A veces, también,
vuelvo a verte.
Y descubro que,
aunque magullada
aún sigues ahí.
Cambiante, curiosa, expectante.
Vestida de mil colores.
Pero siempre esperando
siempre ayudando
a este intento de adulta
a no dejar de crecer.
Poesía y yo
Me enzarzo en letras
porque escribiendo acaricio lo propio
A cámara lenta.
No llevo la cuenta,
de los mares, ciudades y odios
que aparco a mi espalda
en mi afán de poeta.
Me sumerjo a tientas
entre los márgenes de este corazón,
Llorando en verso,
gritando en silencio a esa sinrazón
de querer sentir para contar
y contar para que otros sientan.
Cada verso, un suspiro,
cada estrofa una muestra,
de la vida que vivo
del futuro al que aspiro
de un ayer sin olvido
y de un alma ya expuesta.
RELATO DEL TALLER DE:
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María Isabel López Ben
07/10/2024