ESENCIAS DONDE LA INFANCIA PERDURA
Por Eva María Sánchez Muñoz
“Esencias donde la infancia perdura» es el título de un conjunto de
cinco poemas breves que reflejan cómo las marcas de infancia duran para
siempre.
En el primero de ellos, «Infancia», identifico el elemento fundamental
que ha influido en el desarrollo de mi personalidad: la presencia de dos
realidades paralelas tan diferentes como excitantes: el influjo de la
España del norte (aguerrida, valiente, noble, aventurera), por parte
paterna, y el de la España del sur (apasionada, misteriosa, colorista,
racial), por parte materna. De niña el contraste entre ambos mundos ya
me fascinaba, y mientras mis sentidos y alma se impregnaban de los dos,
fui aprendiendo que dicha fascinación era el precio del desarraigo que
tantas veces sentiría después, y aún sigo experimentando.
En el segundo poema, «Animosa área», traigo a la memoria aquellos juegos
infantiles durante las vacaciones de verano en la casona
castellanoleonesa de mis abuelos paternos, y en la corrala andaluza de
mis abuelos maternos.
El tercero, «B», lleva consigo ese carácter que he forjado por medio de
ambas idiosincrasias mezcla de alegría, juego y osada irreverencia, como
un animal que resulta de haberse cruzado dos razas distintas. En el
poema hablo del baile, protagonista de mis primeras escapadas y citas
clandestinas en la adolescencia. El juego es de nuevo la seña
identificativa de una mezcla entre picardía, humor, rebeldía y diversión
que tanto calaron en mí desde la cuna y que quedan adheridas a estos
versos.
El cuarto poema, «Mío», es un guiño a mis años de universidad, donde
descubrí la atracción física-sexual y pude explorar mi lado más
apasionado, latino y vehemente.
Por último, el “Haiku” es un desgarro ocasionado por la pérdida de mi
primer amor, en las siempre queridas tierras del sur, y que marcó el
final de una etapa y el principio de otra nueva en mi vida. La pérdida
definitiva de la inocencia.
Infancia
Mis años de fresca infancia
vestidos con luces tiernas.
Amigos, flores y besos.
Colores entre dos tierras.
Tierras del norte las unas,
espuelas, moras y era.
Fiel sustento en los trigales.
Claras yemas a su reina.
Noches de bombilla y sombras
silencio bajo la iglesia.
Por fiestas, zarcillos rojos.
Papá me alcanzó una estrella.
Y tierras del sur, las otras.
Candilejas, castañuelas.
Oliendo a aromas y fuentes,
guitarra y teatro suenan.
Días de soles y espejos.
Botijillos, jubileo.
Gazpacho, jazmín y duende.
Mamá me ofreció su cielo.
Animosa área
Adivina, adivinanza.
Amarilla albaida.
Afuera algodón.
Adentro albarda.
Adivina, adivinanza.
Arpa alada.
Ayer alondra.
Ahora águila.
Adivina, adivinanza.
Agua apacible.
Alma aliada.
Ardiente algara.
Adivina, adivinanza.
B
Bailes burdos,
bárbaros bailes.
Basura banal,
burlones, brutales.
Bailes benéficos,
bulliciosos bailes.
Bochornosos, bizarros.
Buscados, brillantes.
MÍO
Mío.
Como mi pulso.
Mío.
KAIKU
Noches de jazmín…
y la guitarra canta
su pozo en sangre.
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Carolina Rincón Florez
04/11/2024