LA ESTRELLA QUE CAYÓ DEL CIELO Y RODÓ POR EL TEJADO

Había una vez una estrella
pequeñita y revoltosa,
divertida, traviesa
y un poquito curiosa.

Estrellita es juguetona,
le encantaba brincar,
saltaba de nube en nube
observando la ciudad.

– ¡Qué gente más aburrida,
si siempre está dormida!-
piensa Estrella cuando mira.

Cierta noche muy oscura,
mirando desde la altura,
no ve Estrella donde pisa
y en un tejado aterriza.

Qué mala pata ha tenido,
de una nube se ha caído,
rodando sobre un tejado
por la chimenea ha colado.

– Mira, papá, ¿qué es esto que brilla tanto?
– Parece ser una estrella que del cielo se ha escapado.
– ¡Qué bonita, cómo brilla!
– ¡Ven y siéntate en la silla!
– Acércale algo de caldo que quedaba en la cocina.

La estrellita asustada
no quiere decir palabra,
pero viendo que la quieren
empieza a sentirse en casa.

Pasa un día, pasa un año,
pasan dos y pasan tres,
y Estrellita está más guapa,
más grande, hecha una mujer.

Es muy buena en los estudios,
aplicada e inteligente,
tiene muchos amiguitos
y todo el mundo la quiere.

Pero Estrella al ir creciendo
una cosa va entendiendo:
que su sitio no es la Tierra,
que su sitio está en el cielo.

Allí sabe que le espera
una importante misión:
guiar a los que están perdidos
y hacerlo con mucho amor.

Así que una noche oscura,
sin hacer mucho ruido,
Estrella sube al tejado
y se va por donde vino.

Su familia al no encontrarla
no paraba de llorar:
– ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha ocurrido?
– ¿Ya no la veremos más?

Pero al caer la noche
y mirar hacia la Luna,
ven a Estrellita en el cielo
brillando como ninguna.