MOMENTOS DE MI VIDA – Carolina Pijoan Muxart
Por Carolina Pijoan Muxart
Momento feliz : No recuerdo con exactitud qué edad tenía entonces, quizás doce o trece años, han pasado unos cuantos, y la sensación de paz que tuve, eso lo pienso ahora, al estar con toda mi familia, mis padres y mis hermanos alrededor de la chimenea en casa con un fuego intenso y abrasador sería parecido a la felicidad. Y cuando esas mismas llamas se volvían brasas mi madre se levantaba del sillón y entraba en la cocina, cogía pan, lo cortaba en rebanadas y los ponía en la lumbre para tostarlos encima de una rejilla.
Además, pero no siempre, cenábamos delante de la hoguera costillas de cordero que también se asaban en la rejilla.
Mis padres se sentaban en dos sillones orejeros grandes y tapizados de un rojo intenso y nosotros, los cinco hermanos, en sillas o en el suelo.
Allí, durante el ágape, acostumbrábamos a ver en la televisión las películas, los ciclos que un día a la semana por la noche mirábamos de los artistas más significativos del séptimo arte de entonces: Gary Cooper, Humphrey Bogart, Cary Grant, Katherine Hepburn y muchos más.
Casualmente, o no, me ha venido a la memoria este episodio de mi vida, hace muchos años ya, después de conservarlo en lo más recóndito de mis recuerdos, lo escribo ahora porque esta sensación de paz y felicidad al lado de una pequeña chimenea con un gran fuego, reviven en mí episodios que nunca más podré volver a vivir y nunca más podré olvidarlos.
Claro que tengo otros pasajes que evocan sensaciones en mi vida, como la mayoría de las personas, por ejemplo el despertar de un amanecer en el desierto. No está escrito la percepción de paz y felicidad que se siente y la ligereza del cuerpo como levitando alrededor de la nada. Pero eso es otra historia.
Momento infeliz: No me voy a ir tan lejos en el tiempo como lo descrito anteriormente, aunque momento o momentos de infelicidad han habido unos cuantos en mi vida.
Que me evoquen sensaciones de infelicidad sería lo vivido estos dos últimos años, los años de la pandemia del coronavirus.
Nos ha cambiado, yo he cambiado, nunca más nuestras vidas serán igual que antes de este virus. La sensación de infelicidad es pues tan reciente que no puedo dejar de contar ni de escribir estos años como un momento, o el peor momento vivido en este mundo, primordialmente por las familias de los fallecidos, algunos también conocidos míos, aunque tengo que decir que, por fortuna en mi familia más directa no ha habido ningún caso de defunción por esta pandemia.
Como es obvio después de lo descrito, y a lo largo de mi vida, son estas sensaciones las que rememoran ese momento de infelicidad y desánimo, teniendo en cuenta que aquí y ahora puedo contarlo y revivirlo, además de muchas vueltas que de la vida podré decir que estuve allí.
Pienso que la infelicidad sin embargo evoca un estado del ser que, aún viviendo felizmente la vida, puede acabar mostrando lo peor de uno mismo.
RELATO DEL TALLER DE:
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María Isabel López Ben
07/10/2024