SIETE CABALLOS BLANCOS – María Devesa García
Por María Devesa García
INTRODUCCIÓN
Este poemario es un reclamo por la paz. Recoge cinco poemas neonatos, dos de los cuales,«Desamparo» y «Siete caballos blancos» , si bien no fueron presentados como Ejercicios en este taller, por su temática y su hondura piden, a mi juicio, estar aquí.
«Brindis polisémico» está inspirado en la trágica historia de Rayan, el niño marroquí que perdió la vida atrapado en un pozo. La guerra es pozo maldito, monstruo triturador de inocentes. Eso gritan los poemas«Desamparo», «Ultramar» y «Hágase la Paz».
«Siete Caballos blancos», que da título al poemario, es un sueño y un deseo. Siete, por las virtudes opuestas a los siete pecados capitales. Caballos, que, por su nobleza y rapidez emulan sentimientos. Blancos, por el blanco inconcluso de la paz.
Brindis polisémico
Bocas.
Cientos. Miles. Millones.
Sin dueño, a rastras por el suelo.
Bocas sin cuerpo ni esqueleto, profundas, infelices, gangrenadas,
furtivas.
Nos agarran por las solapas cuando es demasiado tarde.
¿Para qué me sacudes si ya es tarde?
Hay que abrir nuevas bocas para llegar a la desgracia.
Descerebrado el que las abre y nunca más las cierra.
Los inocentes lo pagan de persona.
Muerden. Te llevan al infierno.
No te lo mereces ¡no!
Abajo, abajo, abajo. Beso asqueroso.
La boca que te mató nos retrata.
Tú eras bonito. Y tal vez lo sentías como un tobogán
con final feliz en un beso de tu madre.
Rayan
Rayan
Rayan
Rayan
Rayan
Brindo por tus cinco años.
Me pesan mucho los que te quitaron.
Desamparo
transeúntes gélidos
nadando entre planetas
anónimos de la guerra
amparados
en el regazo
sin andrajos
del viento
Ultramar
Cerezo, zarzas, huerto esmofarrado
desde que él se marchó para la guerra.
¡Que no voy, no doy la talla!
Su paupérrima desgana no le valió.
En punto y serena ella, coge coja del huerto
lechuga, rúcula
y tisanas para aliviar su amanecer en el amanecer morrocotudo.
Sueño que somos dos mosquitos
que se aparean en un milésimosexográfico escarceo,
¡Coja!, tú en casa, muerden los que no la quieren alta.
vidita, te tengo que esconder,
doliéndome.
A las noches besa su barriga gorda
el ultramar recuerdo a los dos.
Chasquidos látigos salivazos como a cristos.
Lasciva crueldad sobre los inocentes.
Déjame poner bálsamo y miel
en tu rodilla coja que
nos
sostuvo.
Hágase la PAZ
Tiene la libertad plumas y garras,
brumas la paz, palomas sin olivos.
¿Porqué el horror, la guerra? No hay motivos.
Mambrú, ¿Qué sientes tú, a qué te agarras?
Putínicos cegados por la guerra,
pirómanos del bien jamás saciados,
rompen y rasgan los enamorados
senderos que entrelazan cielo y tierra.
Cese la mascletá no jubilosa,
vuelva el aroma del pan y las mieses,
mágica noria del año y sus meses,
fragua tirante del puño y la rosa.
Siete caballos blancos
Encima de la mesa,
sobre mis brazos doblados,
reposa la cabeza.
Siete caballos blancos
comen a besos
la hierba fresca
de la pradera.
San Sebastián, 9 /4/ 2022
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