UN MAL SUEÑO

Por M. Teresa Huecas Fernández

Aurora está preocupada por las noticias que llegan del otro lado del mar. Sus compañeros colombianos han enviado varias comunicaciones con los datos que les han remitido de la Universidad de Guayaquil, aunque parece que los periódicos no prestan atención a este asunto.

 

Siempre está pendiente, como viróloga reputada, de todo lo que acontece en el mundo sobre la influenza, el virus de la gripe. Su doctorado versó sobre la pandemia de 1918: causada por el virus H1N1 con genes de origen aviar. En su tesis doctoral defendió que este virus de la gripe, que atacó las vías respiratorias, contenía genes de origen aviar. Ella sintetizó el virus H1N1 de 1918, aunque no llegó a una conclusión clara de dónde se originó.

 

Hace tres años me jubilé, como era la única con contrato estable, el resto de mi equipo, que no tenían contrato fijo ninguno, se retiró conmigo y se cerró el laboratorio con las investigaciones en marcha. ¡Qué país, siempre eliminando recursos a la investigación!

 

La agencia científica pública más grande de España, el CSIC, perdió uno de los laboratorios principales que estudiaban el virus de la gripe, un patógeno que podría matar a millones de personas.

 

Lo advertí al Comité de la Organización Mundial de la Salud, antes de dejar mis investigaciones y el cierre del laboratorio. Les informé del peligro real del virus de la gripe, si se repitiera una pandemia como la de 1918.

 

Hoy tengo que llamar a mi amiga Adela, una médica de familia en activo y compañera de inquietudes, le he comentado las noticias; ella me tranquiliza, me dice que es un pequeño brote, aunque no conoce qué tipo de virus lo ha provocado.

 

–     Ya sabes que la prensa es muy alarmista. – me dice Adela.

 

Mi amiga es muy positiva, siempre me ha quitado la idea de la cabeza, de un posible azote a la humanidad por causa de la gripe.

 

Le he contado a Adela, aunque ella estudia y se preocupa de posibles virus, que en las proteínas del virus de la gripe; en concreto en la hemaglutinina, llamadas H5 y H7, que normalmente no se encuentran en los seres humanos, sino en las aves, está el peligro. Esperemos que estas hemaglutininas: H5 o H7 nunca se transmitan de persona a persona, porque si consiguieran hacerlo, la tasa de mortalidad rondaría entre el 40 y el 80 por ciento. Adela se ríe de mí, me dice que es ciencia ficción.

 

Una de mis peores pesadillas es que aparece un virus de la gripe con H5 o H7 y se transmite de persona a persona. El coronavirus de la pandemia de 2020 tuvo una tasa de mortalidad del orden del 0,1 al 2 por ciento. En el caso del virus de la gripe, si pudiera propagarse como el coronavirus, con tasas de mortalidad altísimas: ¡desapareceríamos del planeta!

 

Adela me dice que estoy obsesionada, me dice que las vacunas detendrían la expansión del virus, que se ha avanzado mucho.

 

Me despido de Adela, siempre me saca una sonrisa:

 

–   Quedamos a tomar café y valoramos toda la información que tenemos, seguro que se queda en nada la epidemia, – me dice Adela al despedirse.

 

He estado leyendo todo el día artículos de mis compañeros sobre posibles pandemias de la gripe. Quiero encontrar alguna publicación con algún tratamiento nuevo, que sea efectivo para controlarlo: una vacuna, un antiviral de nueva generación.

 

Las vacunas tradicionales se basaban en la utilización de patógenos atenuados, proteínas o fracciones de los mismos, para desencadenar la respuesta inmune, sin provocar la enfermedad. Las nuevas, utilizan la tecnología del ADN recombinante, junto con un mejor conocimiento de los mecanismos de la respuesta inmunitaria. También, están las vacunas terapéuticas, una alternativa frente a enfermedades para las que actualmente no existe una alternativa preventiva. Lo más innovador que tenemos ahora son las vacunas comestibles… Menos mal que el avance por este lado, puede cortar una epidemia.

 

La población en el mundo está acercándose a los nueve mil millones de habitantes, la temperatura del planeta sigue subiendo, las tensiones crecen al concentrarse la población en grandes núcleos urbanos: megalópolis enormes que son el caldo de cultivo de tensiones, desigualdades y epidemias. Me pregunto, si esto es suficiente para que se desencadene otra pandemia en el mundo: la de 1918, la de 1957-1958, la de 2020- 2022… y la siguiente es una incógnita.

 

Me arreglaré para que no me vea estas ojeras Adela, iré tranquila, porque siempre sale tarde de su consulta de atención primaria; para ella los pacientes son lo primero, hay que escucharles para dar con el diagnóstico. Así la conocí, contactó conmigo hace años, quería consultar los datos de unas muestras tomadas a un paciente. Me acuerdo que cuando hablamos, estaba muy seria. Años después, me confesó que buscó a la mejor viróloga del momento y le dieron mi nombre: Aurora Méndez.

 

Hemos pasado un rato estupendo. Por supuesto, hemos discutido lo de la epidemia en Ecuador, pero me he relajado escuchando sus historias banales y los chismes que quería compartir conmigo.

 

Al llegar a casa me he acordado de Sandra Vázquez, una de las más brillantes colaboradoras que tuve en el laboratorio. Se fue a Estados Unidos a trabajar en Silicon Valley.

 

  • Voy a llamarla, por si allí saben algo, – ya me quitaré los zapatos, lo primero es los primero, llamar a Sandra

 

  • Sandra, ¿cómo te va?, soy

 

Me he alegrado mucho al volverla a oír, hemos charlado para ponernos al día. Después le he contado mis temores a una epidemia, que se pueda convertir en pandemia. Me ha dicho que no sabía nada, que va a preguntar y me llamara.

 

Suena el teléfono, es Sandra: me dice que la información está clasificada, solo les han llegado algunos datos, pero no saben el alcance del contagio.

 

Estoy agotada, voy a ver un documental, para pensar en otra cosa y relajarme. La verdad es que hemos avanzado mucho en estos últimos cinco años, somos muchos los que estamos investigando para tener a raya a los patógenos; aunque, todos los que trabajamos con la gripe, cada vez que sale un ave H5 o H7 que infecta un poco a los humanos, temblamos para que no se transmita.

 

Recuerdo cuando era pequeña, cómo me gustaba mirar por el microscopio de mi abuelo. Cuántas historias me contaba; una de ellas era la pandemia del 18, la mal llamada gripe española, que afectó a mucha gente sin medios casi para contenerla. Son los recuerdos del abuelo que vienen a mi memoria.

 

Cuando pienso en mi tesis doctoral sobre la pandemia del 18, recuerdo los informes de los médicos al hacer las autopsias, sus descripciones son tremendas, se encontraban pulmones destrozados.

 

Mi abuelo era investigador, él me inculcó el interés por asomarme al micromundo; una amenaza silenciosa, me decía, mientras me cogía por sorpresa y me hacía estallar con risas incontroladas. Crecí entre sus libros y su microscopio. Recuerdo que era muy disciplinado y, a la vez, muy divertido.

 

Estoy inquieta, este virus aviar, puede llegar a ser el más letal conocido. La transmisión de aves a humanos es muy remota, pero cuando lo consigan, el porcentaje de mortalidad será insoportable.

 

Tengo el correo lleno, antes de salir envié muchas comunicaciones a diferentes laboratorios y a colaboradores. A todos les ha preguntado por la epidemia de Ecuador. Tengo para un buen rato, será una lectura intensa.

 

¡Qué extraño!, hay algo que se me escapa, los investigadores chinos son bastante crípticos, pocas veces cuentan la verdad; aunque nunca he creído en la guerra biológica, es demasiado peligrosa para que se use como arma. Confío en el sentido común y en la responsabilidad de los gobiernos, espero que los científicos adviertan del daño irreparable que se podría provocar en la humanidad.

 

En los laboratorios europeos es donde he encontrado más inquietud, aunque todos confiamos en que no sea cierto lo que parece que quieren ocultar: el desastre en Ecuador, la zona fronteriza con Colombia.

 

Acabo de ver uno del profesor Gaviria. Alberto Gaviria dirige el INS, prestigioso centro de investigación virológica en Bogotá. Me remite a su colaborador Enrique Zapata, quieren hablar conmigo, sobre el brote que ya está descontrolado. El virus de la gripe en aves ha saltado a los humanos, no saben la cifra de muertos, parece elevada.

 

Es muy tarde en España, la diferencia horaria me permite hablar con ellos ahora.

Llamaré a Enrique, espero que esté en el laboratorio.

 

Hablo con él, no se sorprende por la preocupación que le transmito. Me da muchos detalles, porque trabajan con la Universidad de Guayaquil, con la que cooperan. Me cuenta que hay mucha confusión, porque las autoridades políticas están ocultando datos.

 

  • Ya sabes Aurora están en elecciones ahora, al gobierno ecuatoriano no le interesa hablar ni de epidemias ni de muertos.

 

  • ¿Habéis tomado alguna decisión? – le

 

  • Alberto se ha puesto en contacto con la OMS para alertar del peligro, – me dice

 

  • Os voy a pasar todas mis investigaciones, de cómo se puede comportar el virus de la gripe aviar, H5 o H7, en humanos.

 

  • De acuerdo Aurora, muchas

 

  • Gracias a

 

Voy a pasarles mis informes y todo lo que pueda. Ahora tengo que hablar con los laboratorios europeos y las universidades. En este momento están durmiendo, son las dos de la madrugada. ¡Qué larga se me va a hacer esta noche!

 

Aquí está, un estudio que hice para la farmacéutica Novartis. Me acuerdo que desarrollamos una serie de antivirales que tuvieron éxito en ratones contra el virus de la gripe aviar. Los ensayos quedaron ahí, la fase en pruebas con humanos era delicada; además, no había amenaza real.

 

Voy a tomarme un café para despejarme, me tengo que seguir informando con todo detalle de lo que me han pasado los de Bogotá. Después, rebuscaré en mis investigaciones, tiene que haber alguna brecha por donde atacar al virus.

 

Aquí está, un trabajo que se hizo en el hospital Gregorio Marañón hace un año, con un virus de la gripe más agresivo de lo normal, que afectó en España y Europa en el invierno de 2026. Fue una gripe muy fuerte, que incidió en jóvenes y personas de mediana edad. Afortunadamente, ese sector de población es sana, por lo que hubo pocas muertes. Por supuesto, no era una gripe aviar. No, no puedo ni imaginarme que esa gripe nos llegue a afectar, no.

 

Voy a pasar el estudio a Enrique. Todo lo que pueda hacer, lo haré. Hoy no puedo dormir, hay que actuar, sin descanso. ¡Es como una pesadilla!

 

No puede ser, tengo un mensaje de Enrique Zapata, no me puedo creer lo que me dice: el brote de Ecuador se ha descontrolado, hay casos en Colombia y Brasil. Esto ya es muy peligroso. Escribe que hay muchos muertos, que ocultaron las cifras, ahora la realidad es devastadora. La capital, Quito y las principales ciudades del país tienen los hospitales colapsados.

 

Esto es horrible, a estas horas solo puedo enviar correos, cómo voy a llamar por teléfono, son las cuatro de la madrugada, en un par de horas empezaré a llamar. Los primeros en saberlo serán los del CSIC, ellos se encargarán de avisar a Sanidad. La OMS estará ya alertada.

 

No puedo hacer más, no está ya en mis manos. Mis trabajos los he compartido durante toda mi vida con mis colegas de profesión… Lo que haré será repartir la compilación de mis estudios. Ahora es el momento de arrimar el hombro.

 

El último correo es dramático, ya hay epidemia, América está infectada. Serán días lo que tarde en expandirse por todo el mundo, esto es una pandemia, otra más. Nos aniquilará, es un virus mortífero, ya lo expuse en cantidad de ponencias.

 

Suena el teléfono, me he dormido, son las ocho de la mañana.

 

  • Aurora, el virus de Ecuador es una simple gripe, te llamo para

 

  • Gracias

 

¡La peor pesadilla de mi vida!

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