Uno reciente
«HHhH«, de Laurent Binet, porque además de la historia está el dilema del autor, que pelea con su narrador interior y que devela todas las inquietudes que rondan a la novela histórica: ¿cómo reconstruir lo pasado sin traicionar lo sucedido? ¿qué puede y debe hacer la ficción por la realidad? Es un thriller, pero su lectura convoca a repasar todas las teorías a propósito del narrador, el escritor y al literatura.
Uno clásico, pero siempre nuevo:
El libro de los seres imaginarios, de Jorge Luis Borges, porque se lee en el orden que uno quiera, porque bordea el humor pese a que retrata los miedos y necesidades que originan la imagería fantástica.
Uno intemporal (bueno…ficción distópica):
1984, de G.Orwell, porque el Ministerio de la Verdad sigue helando la sangre, porque la imagen de pelear por la libertad aprendiéndose de memoria libros condenados a la desaparición sigue siendo un llamado al heroísmo literario.