DESTIERRO – Danila Guglielmetti Freschi

Por Danila Guglielmetti Freschi

El ocaso condensa las nubes del destierro

Destierro es la palabra que obstinada se asoma
cada día a la ventana de mi mente.
Me recuerda que la vida nos exige desapego,
pero no nos explica cómo almacenar años de
fuertes emociones enmarcados en una tierra
que siempre percibiste como de gracia o, tal
vez, no lo quiera entender así mi humanidad
en este lento camino hacia el ocaso.
Demasiados recuerdos que no podrían caber
en un viejo baúl. Emociones, que hoy
igualmente explotan en un marasmo de
reflexiones acerca la justicia, del partir, de la
irreparable pérdida, del triunfo de la amistad
sobre el lento transcurrir de las horas y el
olvido y del eterno renacer a pesar del corto
recorrido que aún falta en el transitar.
De esas sensaciones que hoy entretejen mi
experiencia quieren hablar los siguientes
desahogos traducidos en letras: de la dulzura
que emerge del dolor, de la añoranza del
olvido.

Destierro

Siembra la brisa del lejano campo
El canto de los crujidos
que en el recuerdo entrampo

Aquello que en el pensamiento
permanece de los colores
de miles y miles de olores

Palidece en la sombra del destiempo
Miradas lánguidas a viejos amores,
en el recreado bailoteo de noveles barbas
de dorados sabores,

Entonan la canción en lejanía
Que cabalga inmaculada
en confusa letanía
el hoy…el ayer… la esencia inveterada

Quizás un día

Quizás un día,
De esos no muy lejanos,
Vuelvan a bailar las musas
Aquella esperada melodía

Quizás un día,
De esos anhelados,
Vuelvan las campanas
A abrazar con estruendos
Los caminos que con afectos recorría

Quizás un día
Esperanzado y esperado,
Vuelvan los sentires
A tejer sobre el entramado
El arcoíris que, ante la mirada atónita,
Palidecía

Y aquellos colores de amores
De pasiones y desmanes
Que, enterrados en un viejo baúl,
Arañan con constancia
De la agonía los estertores

Tal vez

Y la vida languidece
Más allá de remembranzas y sentires
Recordando que solo fueron instantes
Los que hoy terminan en remires

Largos trayectos recorridos
A la sombra de esperanzas y espejismos
Largas horas de ensueño y despertares
Que hoy se agazapan en amplitud de holismo

Tal vez vuelva el alma del destierro un día
Tal vez regresen los recuerdos de sus pesares
Tal vez… tal vez

Todo se resuma en nostálgica armonía

Mis recuerdos

En un mundo perdido
Más allá de los tiempos
Reposan sin olvido
Las olas al viento

Vetusta plaza
Con sus hastías palomas
Retozan las sombras
De fotos sin tomas

Y en las polvorientas calles
Un alegre trinar
Corean las aves de los viejos valles

Y un sol tan brillante
Como quizás nunca antes
Palidece a la sombra
De mi terruño amante

Si algún día he de partir 

Si algún día he de partir
No has de extrañar la mordaza
De mi apego
El cerco en que celo
cada uno de tus momentos
en un mundo en que construyo
un espacio en mi desvelo

Si algún día
Y así será
He de partir

Ya sabrás que había marchado antes
Para no dejar huellas dolorosas en tu arena
De un adiós en mi regazo
De emociones galopantes

Pero nunca entenderás
Que esta marcha es lenta y dolorosa
Que jamás cambiaría tu presencia
Por preciado momento alguno
Ni por cualquier otro traje de experiencia dichosa

Que mi vida solo ha sido reflejo
De tu anuencia
Que mi mundo ya había acabado antes
De mi ausencia

Amistad

Días de sol y maleables tal cal
Amistades reverdecen
Y en el vendaval florecen
Como el misterioso grial

Tal hermana accidental
Risas cuentos embastecen
En las horas palidecen
melifluos cantos de turpial

La soledad original
en sentimiento comparten
y en el silencio parten
a recuerdos en manantial

Musa de tiempo ancestral
Sin complejos que entristecen
Tus cimientos entretejen
De lo humano lo esencial

Justicia

Dama de balanza inmaculada
¿Adónde posas ahora la mirada
que un tiempo estuvo vendada?

Lamentan los hijos,
Que de ti no esperan convivialidad
sino impasible equidad,
Que tus sentidos no desgarren
El disfraz inveterado de antigua argucia

Que tu balanza ya no propensa
A armónicos contoneos
Se rinda a razón que meliflua inciensa
enarbolando falsos rodeos

Y que el connubio
Con desnuda dama
Se pierda en laberintos
De alevoso dubio

Mas, a pesar de tu indiferencia
Y de tu gélida distancia
Mientras más miro tus ojos
Más amo tu insondable esencia

Tengo

Tengo de tu existencia
Un ramillete de dulces
Añoranzas…ensueños…
Miel que brota del ama
herida a muerte
Y de esa dulzura inalterada
Emerge el infinito
Solo tuyo y mío
Ínfimo desmedido espacio
Que transmuta el entendimiento
En eternos cantos de sirena

RELATO DEL TALLER DE:
Taller de Poesía

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