EL ÉXTASIS ANTES DE LA TRAGEDIA

Por Cándida Marcos

Puliendo el viento llegó con su guadaña un demonio que subió del infierno.

—¿Qué temes? Vengo por ti  para demostrarte que estás arrepentida. No sufras más, es tu día.

—¡Cuántas veces le llamé! Ansiaba que llegara mi amor y tenía un elenco de hombres metido en el tímpano, ¿eres Marcelo o Ernesto?

—Soy la muerte y vengo a buscarte

—Jamás aprecié qué quiso decirme con aquellas estrellas que se ordenan en el cielo, semejantes a una escuadra y un cartabón. Dios me enseñó en un momento una lección de geometría sobre  las estrellas, la constelación “Las tres Marías” —Bajé de las estrellas para mostrarte  astronomía y secretos universales— escuchó.

 

Bella es una mujer que un día comenzó a encerrarse en su habitación y empezó a tener una vida paralela debido a una disociación de la realidad. Llegaba la noche y al otro lado de la pared, escuchaba como su amor enchufaba su cargador de móvil y portátil para hacerle compañía. A Bella la noche le daba miedo, escuchaba como por el wáter le mandaban señales desde el piso de arriba, cuando la cisterna bajaba.  Ella debía continuar con el mensaje a sus vecinos de abajo, tirando de la cadena. Vivía sola. Un día empezó a codificar mensajes que venían de todos los ruidos de la casa: cisterna, luz, música para dormirla, Bella era un bebé.

 

Leyendo una revista comprada en su ciudad del exilio, Bella había vuelto a su ciudad de origen, como quien vuelve a morir a su hogar. En ésta revista interpretó que ella era un bebé, que sus padres inmigrantes en Alemania la habían vendido en su nacimiento al Partido, y ella había sido elegida con un imperdible, señal que su pañal iba a ser eternamente abierto; sería la muñeca de todos los chicos del barrio y alrededores.  A cambio, sus padres tendrían enchufes con trabajos predeterminados y se repartirían las posiciones, junto a sus vecinos una vez de vuelta a España.

—¡Cómo explicar a mamá que sabía toda la verdad! Que la pérdida de Ernesto, ¡estaba marcada desde mi nacimiento!— expresó.

Bella empezó a tomar anotaciones en el calendario. Llevaba tiempo que observaba los colores de la ropa, cobraban significado desde que vino la familia a visitarla a su madre y a ella.  Las toallas se tendían: la roja, la negra, la blanca… se fijaba en toda relación.

Hasta el día que descubrió que vestir de negro conllevaba el significado de puta. Puta, bebé, muñeca, así se sentía Bella por haber tenido relaciones sexuales desde el día de su violación y sus amigos se compraron coches negros como forma de coalición masculina.

 

Bella tenía una perra, Daphne, fruto de amor del recuerdo de Marcelo, su bonito chico con ojos de serpiente. Estuvo locamente enamorada de él, pero  el mozo por movimientos rojos decidió empezar una relación con la compañera de clase de Bella. Le creó un achicamiento del cerebro y corazón.  También estaba Dana, la otra perra más viejita, fruto del amor del amigo de Ernesto. Triángulos amorosos y Bella, que desde que perdió su virginidad, decidió dejar su vida liberal y establecerse con su amor. No fue nada fácil.

Después de hacerle un exorcismo a la casa de su madre, incluso de enfrentarse al mismo diablo — aún noto su presencia en mi espalda—  se refugió en la terraza. Eran vísperas de Pascuas, había varios niños Jesús colgados de las ventanas. Tenía que nacer el hijo de Dios, y ahí estaba Bella, divisando  “Las tres Marías”. Se sentó en una esquinita de la terraza sobre el suelo, alejada del borde que daba a la calle.

—Jamás he tenido vértigo, aquella noche veía mi cráneo en la calle, tenía miedo—Todos tenemos la imagen de Dios bueno y el diablo malo, ella no. El diablo se representó de rodillas, arrepentido, en compañía de sus dos perras, escuchaba al mismo Dios y el diablo a su lado. Abraham le explicó sobre el nacimiento de todas las especies  cuando Dios hizo el mundo, entre ellas, de una perra que era la pareja del diablo, condenado sin descendencia en la Tierra.

— Los demonios quieren tierra — escuchó— y barrió la tierra de la terraza hacia la calle.

 

Se hizo de día, sólo sabía que tenía que seguir a Daphne y escuchó — Tírate—

Enfadada tiró el tendedero a la calle. Era la siguiente en llegar abajo. Dios le había dado la orden de seguir a Daphne como guía, decidió desobedecer. Encerró  a Daphne en la terraza y Dana le siguió. El salón estaba repleto de figuras y budas que había colocado en la mesa la noche del exorcismo y decidió salir a la calle. Se quedaron en el  rellano, mientras escuchaba párrafos de la biblia con la puerta cerrada y sin llave. Así los vecinos llamaron a una ambulancia y amaneció en un psiquiátrico.

 

Cándida Marcos.­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­

RELATO DEL TALLER DE:
Taller de Escritura Creativa

Deja una respuesta

Descubre nuestros talleres

Taller de Escritura Creativa

85 horas
Inicio: Inscripción abierta

Taller de Escritura Creativa Superior

95 horas
Inicio: Inscripción abierta

Taller de Autobiografía

85 horas
Inicio: Inscripción abierta

Taller de Poesía

85 horas
Inicio: Inscripción abierta

Taller de Literatura Infantil y Juvenil

85 horas
Inicio: Inscripción abierta