MIENTRAS ME MIENTO QUE VIVO
Por José Castellá Blanch
El pasado es irremediable, el futuro es imprevisible, y el presente ya es pasado.
Con esta premisa no hay duda que en la vida solo son ciertos los recuerdos.
Recuerdos, nostalgias de lo que fue, y a veces, muchas, lo que no fue y que en la lejanía se adornan o se lamentan, se evocan, pero son irrepetibles.
De un pasado de cenizas
a un futuro de humos,
indeciso estoy ahora
en un punto incierto
efímero y frágil de la vida
camino a la nada.
La vida que vivimos es una vida impuesta, impostada, pero la vivimos en orden de un orden establecido que aceptamos, ¿pero es esa nuestra vida? ¿La que queríamos? ¿Es la que habíamos soñado?
No.
Nos mentimos que vivimos.
Mientras tanto, nos salva la poesía
que nos ayuda a mentir dulcemente.
OCASO
Nada queda del melancólico quejido del saxo.
Apagadas las luces de la música
y olvidados los acordes de tu cuerpo,
tan solo quedan las sombras de lo que fue.
Una costra de cal petrifica el alma
y sepulta los recuerdos.
La piel dormida adolece de vida al tacto
rodeada de noches sin sueños.
Los furtivos encuentros en los atardeceres
cuando los grises y sepias besaban la tarde
perdieron pronto la luz.
Líneas cromáticas recorren la roca
insensible al color que roza su piel.
Imposible ahora emprender un vuelo lunar
cuando acaba el tiempo,
con el cuerpo antiguo y las alas rotas.
GENESIS
Lejos quedan ya aquellos días
en los que el tiempo solo era presente,
y el futuro estaba por hacerse todavía.
Días del color de la luz;
limpios,
y que yo abrazaba con los pocos años
de aquella infancia,
en aquella casa de paredes altas,
armarios vacíos
y la luz nocturna de una luna grande
que agrandaba sombras de la soledad.
Ahora sé
que aquel corazón pulsaba
sueños en los días lentos
envuelto en ropas cansadas
y levemente sucias.
Ahora sé
que pasaron años
con demasiados días
en la misma calle,
con la misma ropa
en la misma casa
de armarios vacíos.
Ahora sé
que los días caían sobre los charcos
helados de la vida
de aquella calle vacía,
de tierra vieja y esquilmada.
Ahora sé
que del reloj de pared se desprendió el péndulo
y que la casa se llenó de desesperanzas
bajo un manto antiguo de otoñales hojas secas,
y que el futuro solo eran aguas de albañal
sangrantes y oscuros con una capa de espumas.
ESPEJISMO
La organza ceñida a ti, piel de tu piel,
imaginando tu cuerpo desnudo
a través de éste sol agostado,
tibio y suave.
Los dos frente a frente
desnudándonos con los ojos
para correr como hienas
a devorar la luz de nuestros cuerpos,
fundidos,
fosilizando los besos.
Tejer y destejer tu blanca piel
con la rueca de mis dedos
y anidar entre tus brazos para no despertar,
pero todo es un sueño
de recuerdos pasados que nunca fueron.
Mis ojos asumen tristes
la irrealidad de mis sueños.
Mi piel se estremece
por este sinsentido de los sentidos
y ahora mi cuerpo se despoja de todos sus despojos
para engendrar de nuevo un sueño inmortal.
LLUVIA
Cuando el rumor de unos besos inunden mis labios
y el viento detenga el tiempo para contemplarlo,
cuando la lluvia de octubre llene el vacío
de las hojas caídas de algún calendario,
quisiera que en el remanso perdido del alma
quedara grabado el viejo murmullo del agua.
Quisiera nacer de nuevo en esta noche de lluvia,
que estas gotas que ahora están besando mi cuerpo
empapado y aterido de amores antiguos
abran mi pecho al turbión y que el agua y el viento
fertilicen mis surcos de piel cubiertos de años
para que vuelva a nacer ese amor imposible
lejano y perdido de entonces que el tiempo olvidó.
SOMBRA
Habitas espacios que no te pertenecen.
Ya no recuerdas tu casa de entonces
y tampoco su alguna vez hubo entonces.
Tu casa es la calle y el cielo tu techo.
Casa que huele a breas y gentes de paso.
A húmedos umbrales,
a cajeros automáticos,
a orines y mantas raídas.
A jergón de cartones,
a treinta monedas de cobre,
a plato vacío y a contenedor.
A perro sumiso y a vino de brik
que cierra la mente y llena lagunas
en un cuerpo invisible.
Naufrago en la tierra, donde
en el pecio de esta torre de babel
tan cerca estás de la nada.
Como es el penúltimo ejercicio del curso, y aún me sobran algunos folios, quisiera explayarme con dos poemas dedicados a dos poetas que con sus poemas me han acompañado mucho tiempo.
Alejandra Pizarnik y Joan Margarit.
DESTRUCCIONES
Olvidaste el pasado
huyendo del futuro
y detuviste el tiempo para morir en él.
Te temblaba el alma entre silencios y ausencias.
Testigo callado de este no ser, la soledad.
Oquedad en el espacio
entre la nada y la muerte.
La luz fue demasiado grande para tu alma.
Sin palabras que te amparasen del viento
quisiste saltar al alba, y en un canto de tristeza
dejaste el cuerpo junto a la luz de tus versos,
Alejandra.
CENTÓN (*)
Bajo la Luz de lluvia
recojo los Restos de aquel naufragio
mientras el cielo se llena de Aguafuertes con tus versos.
Cálculo de estructuras
para esta torre de babel
Desde donde volver a amar.
Arquitecto de palabras bífidas, y
Misteriosamente feliz.
Agotada ya La edad roja
repleta de Amor y tiempo,
donde ahora Se pierde la señal
tras Un asombroso invierno.
Joan y Joana
juntos ya viajáis al cielo
desde la Estación de França.
(*) Centón utilizando títulos de los libros de Joan Margarit.
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Carolina Rincón Florez
04/11/2024