PINCELADAS DE FENG SHUI – Mª Josefa Sanjaume Arasanz

Por MªJosefa Sanjaume Arasanz

PINCELADAS DE FENG SHUI

 

María Josefa Sanjaume Arasanz

Preparaba las clases para los talleres que imparto durante el año. Me gusta poder explicar lo aprendido y así ayudar a muchas personas, incluso en sus problemas cotidianos. En estos mismos días, Óscar y Marta disfrutaban de unas vacaciones. Todavía no sabíamos que nos íbamos a conocer.

Hoy estoy ilusionada. Es el primer día de clase y madrugué más que de costumbre. He pasado por la floristería para comprar unas flores. Las elegí rojas y blancas, me gusta la combinación de estos colores. El blanco refleja toda la luz que llega hasta él, e irradia todos los colores del arco iris; es símbolo de amor y equilibrio y está ligado a nuevos comienzos. El rojo, cargado de energía y vitalidad, es para personas innovadoras y emprendedoras. Se unen el equilibrio, el amor y la pasión; así se complementan.

Faltan pocos minutos para el encuentro y oigo murmullos en la calle. Termino de dar los últimos toques en la sala. He colocado las doce sillas alrededor de la mesa redonda, siempre preparada para estos eventos, así los alumnos pueden tomar notas con comodidad.

Abro la puerta, saludo a los recién llegados y les invito a entrar. Sin esperar mucho, todos van apareciendo con exquisita puntualidad.

Les muestro la tienda, sus escaparates y vitrinas. Algunas joyas con piedras preciosas, otras semipreciosas, montadas en oro y plata. Minerales en distintas formas y tamaños, que dan un aire exótico a su alrededor. En el fondo, una escalera con peldaños de mármol blanco italiano y barandilla de madera pintada en azul intenso nos conduce a la sala. Les invito a sentarse en las sillas entorno a la mesa para poder empezar. Me gustan las mesas redondas, son acogedoras y fomentan la comunicación, además soy una enamorada de las aventuras del Rey Arturo. Reservo una de las sillas para mí, detrás de ella hay una pizarra. A mi derecha, tengo una vitrina con joyas y decoraciones feng shui. La observan con curiosidad.

—Buenos días —empiezo cuando estamos todos sentados—. Mi nombre es MJ, soy consultora e instructora de feng shui. También me especialicé en el conocimiento de las propiedades curativas de los minerales. En el trascurso del taller hablaremos de feng shui y minerales, como está anunciado. Lo iremos intercalando. Además añadiré algún otro tema que seguro os va a interesar. Si os surge alguna duda, levantad la mano con toda confianza. Como podéis ver, hay una libreta y un bolígrafo para cada uno, así tomáis los apuntes que creáis oportunos.

Todos asienten con la cabeza.

—Empezaré contando los orígenes del feng shui, que surgió en el continente asiático hacia el año 3.500 antes de Cristo, así que hace más de cinco mil años que existen estos conocimientos. Por eso decimos que es un arte y una ciencia milenaria, con sus orígenes legendarios y bien documentados. Sin embargo, no se ha mantenido estático en el tiempo, sino que ha ido fluyendo a lo largo de la historia. Hace ya algunos años que está despertando gran interés en Occidente.

Hay unos botellines de agua sobre la mesa y un montoncito de vasos apilados. Cogí uno, bebí un poco y seguí mi explicación.

—Decimos que es arte porque la base de sus comienzos fue mediante la contemplación de la naturaleza. Y estudia la calidad de la fuerza vital del medio ambiente utilizando sus leyes, su relación con la utilización del espacio y el efecto del tiempo cíclico, siempre buscando el bienestar de los seres humanos. Decimos que es ciencia porque localiza, evalúa y equilibra, las variaciones en la calidad de la fuerza vital de un edificio según su orientación (norte, sur, este, oeste) y su relación con el movimiento de la tierra sobre sí misma y alrededor del sol. Su objetivo es atraer, dirigir y favorecer el flujo energético a nuestros hogares. Habla de regularidad, orden y equilibrio. Nos ayuda a comunicarnos con nuestro entorno a través de la intuición, la brújula y los puntos cardinales, lo escrito en las estrellas y la astrología china.

El alumnado permanece en completo silencio.

—Me gusta siempre empezar hablando de la Escuela de la Forma, ya que es la base del feng shui. Nos enseña a observar el exterior de las casas y su orientación. Esta escuela utiliza el simbolismo de los cuatro animales celestiales. Cada uno representa un elemento de la naturaleza y una energía distinta de la tierra en una dirección determinada: (norte, sur, este y oeste).

En una pausa, una de mis alumnas, Litha, ha levantado la mano para preguntar impaciente:

—¿Nos dirás que animales son?

—Claro que sí. Un cliente, y ahora también buen amigo, hizo la pregunta igual que tú. Os contaré la historia como la vivió él. La tarde que lo conocí, acababa de salir del despacho donde trabajaba. Paseaba sin rumbo cuando se dio cuenta de que se había parado delante de un escaparate, mi tienda. Por lo visto le llamó la atención el cartel que tengo colgado: “Armoniza tu entorno y mejora tu vida con el feng shui, un arte y una ciencia milenaria china, que a través de sus distintas escuelas con sus respectivas técnicas, estudia el movimiento de la energía en las casas y su manera de fluir, a veces puede ir demasiado deprisa y a veces puede quedar bloqueada. También estudia como esta energía influye y afecta a las personas que viven en ellas”. Y entró. Más que en la casualidad creo en la sincronía. Todo sucede por algo. Me dijo que su nombre era Óscar, y que en aquel momento necesitaba encontrar una solución a sus problemas. Hablamos de feng shui, le comenté que es una técnica que nos ayuda a equilibrar el espacio donde habitamos para que nuestra fuerza y evolución interna sea más positiva. Entonces me pidió un estudio de su vivienda. Le comenté que lo ideal sería hacer un pre estudio del piso, para lo que debería traer un plano. Luego tendría que visitar la casa para verla in situ. Aplicaré primero la Escuela de la Forma y el Paisaje. Quería observar el exterior de tu casa y su orientación. Le hablé del simbolismo de los cuatro animales celestiales, y me preguntó por esos animales, como tú acabas de hacer.

Litha afirmaba interesada.

—A esos cuatro animales, se añaden dos más, que se asocian al centro. Para saber su ubicación, debemos situarnos en el centro de la casa, con la mirada, siempre, hacia donde está la puerta principal. En esta escuela, los chinos aún usan la dirección relativa: la tortuga negra, situada en la parte posterior de la casa, a nuestra espalda; el dragón verde, a nuestra izquierda; el ave fénix, en nuestro frente, y el tigre blanco, a nuestra derecha. En el centro tenemos dos: de la mitad hacia arriba el dragón amarillo, y de la mitad hacia abajo la serpiente amarilla. La tortuga negra es el más importante de los guardianes del paisaje. Es alta y necesita tranquilidad, está ubicada en la parte posterior de la vivienda. Sabemos que la espalda es la parte más vulnerable e indefensa de las personas. Es bueno tener una o varias montañas, las cuales representan protección, que dan apoyo y estabilidad a los habitantes de la casa. En su lugar pueden ser bonitas arboledas, altos edificios… para guardarse de los fríos vientos del norte. Representa el invierno y su elemento es el agua, su color el negro. El dragón verde representa una colina a la izquierda de la casa. Plantar árboles, un edificio medio alto u otra casa que proteja bien este lado. El dragón es alto y necesita movimiento. Es la inspiración del este. La estación es la primavera y su elemento, la madera. Su color el verde. El tigre blanco simboliza también la protección. Es más bajo que el dragón, y pequeñas estructuras que apoyan y protegen el lado derecho. Esta energía necesita tranquilidad, quietud. Ubicado en el oeste, representa el otoño y su elemento es el metal. Su color es el blanco. El ave fénix, que algunos llaman el pájaro rojo, se sitúa en el frente, en la fachada. Esta zona precisa de un espacio abierto, llano, amplio y con movimiento, a ser posible con vistas para recibir energía. Esta área se relaciona con la prosperidad. La presencia del agua en este espacio, delante de la casa, se considera favorable. No es fácil hoy en día vivir delante de un río, pero las calles con circulación moderada, y si son anchas mejor, corresponden al agua en movimiento. Sería bueno disponer de un frente con un parque, una plaza con un surtidor. O si se tiene un pequeño jardín, se puede poner una fuente o un pequeño lago. Su orientación sería el sur, la estación el verano y su elemento el fuego, su color el rojo. El dragón amarillo, como siempre digo, son como un pequeño thai-chi, un yin y un yang. El yang representa aquí al dragón amarillo, como sabemos el dragón puede volar por el cielo, pero en China hay un  mito, que este dragón está dentro de un caparazón de tortuga, y por su peso y seguridad está siempre en la tierra, por eso el dragón amarillo es estable, sensible y cabezón, así está perenne en su lugar. Como es una energía yang el lugar debe ser luminoso, puedes poner una lámpara en el techo, la luminosidad ayuda a subir la energía del dragón. La serpiente amarilla es la energía yin. Nos habla de la parte inferior del centro. Es la ubicación más pasiva y tranquila, no hay que tener mucho movimiento en el centro de la casa para que esta energía pueda estar estable y asentada, tranquila y segura. La serpiente es un animal extremadamente receptivo y sensible, nos muestra la capacidad de sus habitantes en permanecer atentos percibiendo todo lo que les rodea. Es el centro virtual que debe ser rodeado por los otros cuatro. Su elemento es la tierra y su color el amarillo.

Un alumno estornudó con estrépito.

—Óscar estaba atento, sin dejar escapar ninguna palabra, igual que vosotros. Me comentó que buscaría el plano de su piso en cuanto llegase a su casa. Como espero que hagáis vosotros.

Los alumnos comenzaron a hablar en voz alta, interesados en lo que acababan de oír.

—Si alguna vez visitáis la ciudad de Hong Kong, podréis observar que su diseño está inspirado en esta Escuela de la Forma. Fue el maestro Lin Yun, después de años de estudio y meditación, quien la creó, combinando los principios básicos de la Escuela de la Forma con fundamentos tibetanos y budistas, a la que llamaron Escuela Budista e Intuitiva. Nos enseñó a lograr una visión espiritual profunda utilizando nuestra intuición. Sin necesidad de la brújula, podemos ayudar a muchas personas a resolver sus problemas. Así pudo hacer una adaptación para el mundo occidental, como cambiar las montañas por edificios. Nos habló también del equilibrio, porque no siempre se puede modificar el exterior de las casas, pero sí su interior. Aprendimos a armonizarlo a través del yin y el yang, los elementos de la naturaleza y el bagua.

—¿Pudo solucionar el problema? Y si fue así, ¿cómo? —preguntó Toni, otro de los alumnos.

—De acuerdo. A Óscar y a Marta no les importará, al contrario, se alegrarán de poder ayudar con sus ejemplos. Ellos siempre me lo cuentan todo. Así que os diré dónde se conocieron. Su primer encuentro fue hace unos dos años, navegando a bordo de un ferri por el mar Báltico. Marta iba en compañía de sus padres y su hermana Laura, tres años menor que ella, y Óscar con su amigo David. Se dirigían hacia la isla de Gotland después de disfrutar de unos días por la península escandinava pues querían aprovechar al máximo sus vacaciones. El próximo día hablaremos de su historia y como empezó esta relación, ¿os parece?

 

 

 

 

RELATO DEL TALLER DE:
Taller de Escritura Creativa

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Esta entrada tiene un comentario

  1. María José Amor Pérez

    Muy buena e ineteresante explicación amiguita y compañera de clase en el cole ¡tantos años!
    Un besazo

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